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Introducción

Esta publicación es para ti. No te conozco, pero estoy casi seguro de que tienes un teléfono móvil en el bolsillo.

En 15 aƱos, el móvil se ha difundido por el planeta como ninguna tecnologĆ­a lo habĆ­a hecho antes. Hasta llegar a una situación absurda : en el estado espaƱol, como en casi toda Europa, los contratos de telefonĆ­a móvil superan ahora el nĆŗmero de habitantes.

El control social se estĆ” volviendo cada vez mĆ”s difuso, complejo e integrado. ¿ CuĆ”l es la tecnologĆ­a de control mĆ”s eficaz, la tele o las cĆ”maras de videovigilancia ? Con el móvil llegamos a la combinación ideal entre el Big Brother de Orwell y la sociedad de comunicación capitalista. Esta sumisión voluntaria tan masiva y la dependencia que implica a una herramienta desarrollada y promocionada por el sistema nos lleva a cuestionar algunas cosas.

Frente a esta situación, las personas y grupos preocupados por su privacidad, sus libertades individuales o amenazadas por la vigilancia policial, se asustan de las posibilidades tĆ©cnicas de control vĆ­a móvil. La historia nos demuestra que si en otras situaciones los poderosos hubieran tenido las herramientas tecnológicas actuales para vigilar a su población, pocas de las dianas de la represión (por convicción, origen, sensibilidad o por su practica) se hubieran podido escapar. Nosotr×s mism×s, a travĆ©s de luchas ecologistas o vecinales, de apoyo a migrantes o sencillamente por relacionarnos con personas implicadas en esos movimientos, en Barcelona o en otros rincones de Europa, hemos visto como la policĆ­a puede, bajo el pretexto de la seguridad, violar la intimidad de ciudadan×s inquiet×s, fichar a disidentes polĆ­ticos, someter a su control a colectivos enteros… La parte mĆ”s violenta de esa lógica puede ser la extensión, desde el 11 de septiembre, del marco antiterrorista llegando por ejemplo a detenciones de militantes por distribuir panfletos en Francia[1], publicar un diario crĆ­tico en euskera[2], abrir una pagina de información Twitter en los Estados Unidos[3] y una larguĆ­sima lista de abusos. En este contexto, desarrollar ideas divergentes y expresarlas puede convertirnos en sospechos×s.

Este control funciona a travĆ©s del miedo y genera paranoias. AsĆ­ se difundieron algunas leyendas urbanas relacionadas a los telĆ©fonos : « Empezamos la asamblea, ¿ habĆ©is apagado vuestros móviles ? », « ¡ Joder, mi móvil se ha vuelto loco, seguro que estĆ” pinchado ! »… Como todas las leyendas suelen generar confusión, son difĆ­ciles de dilucidar y de cuestionar colectivamente. QuerĆ­amos aquĆ­ documentar estas tĆ©cnicas de vigilancia y proponer prĆ”cticas colectivas para escapar del ojo del Big Brother. ¡ Cuidado ! La información relativa a estas tĆ©cnicas suele ser muy difĆ­cil de encontrar entre los secretos de la policĆ­a y la opacidad de la justicia sobre sus mĆ©todos de investigación. AdemĆ”s, la evolución constante de estas tecnologĆ­as hace que este contenido tenga fecha de caducidad…

Si al principio el móvil se asociaba al businessman, poco a poco se ha convertido en la herramienta imprescindible del humano liberal. Corresponde asĆ­ a muchas de sus « cualidades » emblemĆ”ticas : individual, consumidor, moderno, flexible, eficiente, móvil, en comunicación permanente, etc. La difusión masiva e sin cuestionar del móvil ha participado de la propagación de estos valores, modificando en profundidad las relaciones sociales. Y por otro lado no tener móvil significa marginalizarse.

No hemos visto la luz, el móvil no es el principal peligro del sistema, no es la nueva lucha prioritaria. Tampoco somos primitivistas, no rechazamos sin mÔs las tecnologías o las herramientas contemporÔneas. No negamos que el móvil puede ser muy útil en ciertos casos. En situaciones de emergencia (detenciones, accidentes, agresiones, etc.) no hay ningún otro medio de comunicación que permita avisar y reaccionar con tanta rapidez y eficiencia.

Pero en general, parece que se ha olvidado que hace 10 aƱos no tenĆ­amos móviles y que si no nos gustan podemos vivir sin ellos. Si no quieres dejarte asustar por el miedo, quieres seguir movilizĆ”ndote contra la injusticia, si quieres desarrollar un pensamiento crĆ­tico, te invitamos a leer lo que viene a continuación. Bueno, la verdad es que nos encantarĆ­a que quemes tu móvil y te vamos a dar buenas razones por hacerlo o por lo menos para pensĆ”rtelo…
[1]En mayo del 2009, en Forcalquier, en el Sur de Francia, la policĆ­a antiterrorista registra los domicilios y detiene a 4 personas por distribuir panfletos crĆ­ticos con la polĆ­tica represiva del gobierno.
La Provence. ArrĆŖtĆ©s Ć  Forcalquier pour un tract contre l’anti-terrorisme.
[2]Euskaldunon Egunkaria, primer y Ćŗnico periódico en euskera de la historia, fue cerrado en una operación judicial en el 2003. Varias personas pasaron meses en la cĆ”rcel y las peticiones en el sumario van de 12 a 26 aƱos de cĆ”rcel y hasta 30 000 000 millones de euros. Al dĆ­a de hoy no se ha encontrado ninguna prueba formal de la relación del diario con ETA.
[3]El 1 de octubre del 2009, la policía antiterrorista estadounidense registra y detiene a todos los habitantes de una casa colectiva en Nueva York. Dos de sus compañeros de casa habían sido detenidos en la mani contra el G20 después de mandar mensajes a través del sitio de información Twitter.

El control policial

Las escuchas

Se puede utilizar para escucharte a ti y a los demƔs.

Mientras estÔs hablando con alguien por teléfono móvil (al igual que con un fijo) es muy sencillo para las autoridades escuchar y grabar tu conversación en colaboración con la compañía de telefonía.

En el estado espaƱol no hay ningĆŗn dato oficial sobre el nĆŗmero de escuchas telefónicas legales, pero estos datos existen en otros paĆ­ses europeos. En Francia en el 2008 hubo unas 30 000 escuchas legales ordenadas por un juez[1] ; en proporción quince veces mĆ”s en Italia, doce veces mĆ”s en Holanda y tres veces mĆ”s en Alemania… La cifra francesa corresponde a un aumento de 440 % desde el 2001 y obviamente este crecimiento se apoya sobre la omnipresencia de los móviles. Encima las escuchas de móviles son muchĆ­simo mĆ”s baratas : en Francia una escucha de móvil se factura a 88 euros (sin IVA) y una de fijo a 497 euros. AdemĆ”s de estas escuchas, con una orden judicial, los estados tienen en general mecanismos que permiten a la policĆ­a actuar por iniciativa propia en caso de antiterrorismo, seguridad nacional, inteligencia económica o « grupos subversivos ».

Si el precio de las escuchas ha bajado tanto es porque la técnica es mucho mÔs sencilla. Ya no hace falta poner un dispositivo físico en la línea o introducirse en tu casa, con el peligro y los gastos que esto supone. Con la digitalización de las comunicaciones basta con un programa informÔtico (como ahora SITEL en el estado español) y unos clics para vigilar a la población. Véase el textoSITEL.

Si tu móvil no estĆ” apagado y separado de su baterĆ­a, es tĆ©cnicamente posible utilizarlo como un micrófono de ambiente para escucharte a ti y a los demĆ”s. La utilización de esta tĆ©cnica fue revelada por primera vez en el 2003, en una investigación del FBI sobre unos miembros de la mafia italiana.[2] La petición judicial del FBI habla de un « sistema de escucha ubicado en el telĆ©fono móvil ». Los detalles tĆ©cnicos de la operación no fueron revelados, pero segĆŗn los expertos lo mĆ”s probable es que consiguieran instalarlo sin tener acceso fĆ­sico al telĆ©fono, y que funcionara igualmente con el telĆ©fono encendido o apagado, aunque siempre con la baterĆ­a puesta.

Pero hoy en dƭa estas escuchas de ambiente parecen bastante complicadas de ejecutar. De hecho no hemos escuchado hablar de otros casos del uso de esta tƩcnica en Europa. Entonces no hace falta caer en la paranoia, pero es importantƭsimo desarrollar prƔcticas seguras sobre todo porque no sabemos lo que harƔn dentro de unos aƱos. VƩase el texto Buenas prƔcticas.

Con las nuevas generaciones de telĆ©fonos móviles, o smartphones, tipo iPhone, BlackBerry, etc. aparecen tambiĆ©n nuevas vulnerabilidades. Estos aparatos funcionan como pequeƱos ordenadores con sistemas operativos mucho mĆ”s complejos, desarrollados por Apple, Microsoft, etc. Estas empresas de software propietario son conocidas por dar prioridad a sus intereses financieros antes que a la seguridad de sus productos, y por estar totalmente dispuestas a trabajar mano a mano con los cuerpos policiales. AsĆ­, al igual que un ordenador que funciona con Windows se llena de virus cada dos por tres, un telĆ©fono móvil con cualquier sistema operativo propietario puede sufrir el ataque de un virus o de un programa espĆ­a fomentado tanto por policĆ­as como por particulares. En Internet hay incluso « empresas » que ofrecen sus servicios a maridos posesivos para espiar a sus esposas…[3]

En el 2007 el experto en seguridad Rik Farrow publicó un ejemplo de fallo de seguridad en el iPhone que permite a un hacker tomar el control total de la mÔquina, y entre otras cosas utilizarla como micrófono de ambiente, esté encendido o apagado.[4] Recordamos que de momento a los iPhones no se les puede quitar la batería. Otra puerta de entrada para hackear tu móvil es la tecnología BlueTooth desarrollada en casi todos los aparatos mÔs recientes. Hay mucha documentación para que cualquier persona pueda, por ejemplo, utilizar un portÔtil para tener acceso a tus datos.[5]

La policía puede escucharte y eso no es nada nuevo. Estas nuevas técnicas sólo lo hacen mÔs fÔcil y mÔs barato. Pero las escuchas no se limitan a los teléfonos, la policía sigue poniendo micrófonos espías para vigilar activistas políticos, como en Italia durante la Operación Cervantes en el 2004.[6] También pueden escuchar con micrófonos ultra potentes unidireccionales u otros dispositivos.

« Gracias al móvil, no hace falta madrugar tanto o irme a dormir a las mil para espiar a alguien. »
Un madero gabacho, septiembre del 2007
[1]Gara. ParĆ­s multiplica las escuchas y crea una red de alcance global.
[2]Kriptópolis. Roving Bug : espiado por el móvil.
CNET. FBI taps cell phone mic as eavesdropping tool.
[3]FlexiSPY. Catch cheating spouses.
Para detalles tƩcnicos sobre el virus vƩase F-Secure.
[4]Fast Company. Hacking the iPhone.
[5]El Hacker. Haking BlueTooth, seguridad en teléfonos móviles.
[6]Anarcotico. Encontrado un GPRS en un vehĆ­culo perteneciente a anarquistas italianos.

La localización

Se sabe en todo momento donde estƔs.

Un aspecto realmente nuevo de la tecnología del móvil es la posibilidad de localización permanente y en directo de tu mÔquina. Para poder enviarte una llamada o un mensaje, tu operador de telefonía necesita poder saber dónde encontrar tu móvil, o mÔs precisamente, cuÔl de sus antenas utilizar para pasarte la comunicación. Así se puede aproximar tu ubicación sabiendo de cuÔl de sus antenas estÔs mÔs cerca. La precisión de esta técnica, llamada Cell-ID, depende de la densidad de antenas en la red telefónica. En las ciudades tendrÔs antenas cada 100 o 200 metros. Pero en el campo puedes tener antenas separadas por hasta 35 kilómetros.

Otras informaciones, como los movimientos de tu móvil en la red telefónica o su proximidad a otras antenas se pueden utilizar para afinar tu localización con una precisión de unos pocos kilómetros en el campo, por ejemplo.

Los operadores de telefonĆ­a han empezado estos Ćŗltimos aƱos a utilizar esta información para proponer y vender servicios (llamados servicios de LSB) : para indicarte los restaurantes que tienes cerca, para llamar automĆ”ticamente al taxi libre mĆ”s cercano, para mandarte publicidad personalizada, etc. AdemĆ”s de proponerte a ti servicios adaptados segĆŗn donde estĆ©s, los operadores han empezado a vender esta información a otros. Varios operadores y empresas de todo el mundo proponen ya servicios para permitir a los padres localizar a sus hijos[1] o sus empleados[2]. Toda su argumentación se basa en la utilización del miedo de los padres, y como suele pasar, la supuesta seguridad de los niƱos justifica nuevas amenazas a nuestra privacidad y fomenta el control social.

Este nuevo control social es tan superguay del Paraguay que con Google Latitude tus colegas pueden ver en tiempo real donde estÔs.[3] La difusión de estas tecnologías y servicios de localización estÔ acelerada por leyes que imponen la creación de números centralizados de emergencias, el 112 en Europa[4], el E911 en los EEUU. Estos dos números de emergencia especifican que para mejorar la calidad de los servicios, la localización de la persona que llama debe ser transmitida a los equipos de socorro automÔticamente.[5]

AsĆ­ los gobiernos, los operadores de telefonĆ­a y los constructores de móviles deben por ley trabajar juntos para mejorar la precisión de la localización de todos los móviles del mercado. Las recomendaciones de los expertos para estos servicios hablan de una precisión de 10–150 metros en zonas urbanas, de 10–500 metros en zonas suburbanas y de 10–500 metros en zonas rurales o carreteras.[6]

La puesta en prĆ”ctica de estas leyes, como el desarrollo de estos nuevos servicios LSB, impondrĆ”, en los próximos aƱos, la generalización del GPS en las nuevas generaciones de móviles. Estos móviles pueden ser localizados de manera mucho mĆ”s precisa que con las tecnologĆ­as actuales ya que utilizan la tecnologĆ­a A-GPS[7], una combinación de tecnologĆ­as basadas en la red telefónica y el posicionamiento GPS. Últimamente los operadores han empezado a proponer móviles de este tipo en los tĆ­picos móviles a « 0 euros » con sus contratos.
[1]La empresa francesa Ilico.net desarrolla estos servicios en Francia, Inglaterra, BƩlgica y Alemania.
[2]Véase el servicio Mensar-Red Localización de Vodafone.
[5]La directiva europea 2002/22/CE obliga a los operadores a poner a disposición de las autoridades encargadas de la gestión de urgencias, en la medida en que sea técnicamente posible, información relativa a la ubicación de todas las personas que efectúan llamadas al número europeo de llamada de urgencia. Véase en Eur-Lex la recomendación de la Comisión sobre el tratamiento de esta información.
[6]Véase el informe del grupo CGALIES sobre la aplicación de esta localización en el caso del número europeo, pagina 21.
[7]Wikipedia. GPS Asistido.

La retención de datos

Se sabe dónde has ido y con quién has hablado el último año.

La directiva europea 2006/24/EC[1], transpuesta en España por la ley 25/2007 del 18 de octubre 2007[2] sobre la retención de datos, impone a los operadores de telefonía, así como a los proveedores de servicios Internet, que almacenen durante doce meses las informaciones que permiten identificar el origen y el destino de cada comunicación electrónica.
Deben conservar los números de teléfono de origen y de destino. Así como los números IMSI (que identifican las tarjetas SIM) y los números IMEI (que identifican los teléfonos).
Deben poder identificar a las personas detrÔs de estos números. Desde noviembre de 2009 las tarjetas prepago ya no pueden ser anónimas y los operadores tienen que identificarlas o desactivarlas.
Deben conservar la localización del móvil, como mínimo con el identificador de la antena.
Deben conservar la hora de principio y fin de la llamada así como el tipo de comunicación (llamada, buzón de voz, mensaje, etc.)
Deben conservar todas estas informaciones incluso en el caso de llamadas perdidas, pero no en el caso de llamadas fallidas.
Esta ley no permite conservar ningún dato que revele el contenido de la comunicación.
Tienen que ceder estos datos a los agentes facultados : los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad cuando desempeƱen funciones de policĆ­a judicial, los funcionarios de la Dirección Adjunta de Vigilancia Aduanera y el personal del Centro Nacional de Inteligencia.
El plazo de conservación se puede ampliar hasta dos años.

En España estos agentes facultados no necesitan pedir ningún orden a un juez para consultar estos datos. En esto las normas españolas ignoran las garantías constitucionales y europeas que protegen el derecho fundamental al secreto de las comunicaciones.[3] Con toda esta información se puede saber sin problema a dónde has ido en los últimos doce meses, con quién estabas, con quién estÔs en contacto, quiénes son tus colegas, dónde vives y con quién, etc. MÔs aún que la posibilidad de escucharte o localizarte mejor, ésta retención de datos es la novedad real y peligrosa de tu móvil.

« Si quiero saber si fulanito ha visto a mi cliente, no es un problema : meto los nombres y el ordenador me da la respuesta, precisando cuĆ”ndo, dónde, cuĆ”ntas veces y cuĆ”nto tiempo.[4] »
El mismo madero, septiembre del 2007
[1]VĆ©ase el original de la directiva en la web Eur-Lex, consultable en :
[2]VƩase el original de la ley espaƱola en la web del Congreso.
[3]Asociación de Internautas. La Asociación de Internautas denuncia ante la Comisión Europea la normativa que regula la interceptación de las comunicaciones en EspaƱa. 
[4]Le Canard EnchaĆ®nĆ©. Sur portable d’Ć©coutes. 

Buenas prƔcticas

Hemos visto las posibilidades de vigilancia que permite hoy en dĆ­a el móvil. MĆ”s que el propio control que supone, lo que nos preocupa es el sentimiento de control extendido a las partes mĆ”s Ć­ntimas de nuestras vidas. El hecho de no saber si nos vigilan realmente o no : este sentimiento mĆ”s o menos difuso de que no hay forma de escapar de ello. El miedo integrado y la confusión relativa a sus capacidades nos paraliza, favorece la inercia y nos quita autonomĆ­a a la hora de actuar, ejerciendo una represión sutil y preventiva.

Esta herramienta tiene asĆ­ todas las caracterĆ­sticas del « panóptico », una cĆ”rcel que permite a un vigilante observar [-opticon] a todos [pan-] los prisioneros sin que estos puedan saber si estĆ”n siendo observados o no. Foucault, en Vigilar y castigar, denuncia la evolución de la sociedad entera hacia este modelo que « plantea el problema de la visibilidad (en nuestro caso escuchas, trazabilidad y localización) totalmente organizada alrededor de una mirada dominadora y vigilante. Pone en marcha el proyecto de una visibilidad universal, que actuarĆ” en provecho de un poder riguroso y meticuloso ».

¿ QuĆ© podemos hacer ?

Una vez superada la crisis de paranoia, tienes dos opciones : ir a vivir desnud× al bosque o desarrollar un uso responsable de tu móvil ; que sea lo menos peligroso posible. Puedes, al igual que con el consumo de drogas, informarte, organizarte con tu gente para reducir los riesgos y adoptar prĆ”cticas que limiten la capacidad de control :
¡ QuĆ©malo !
Vale vale somos unos pesados.
¡ DĆ©jalo en casa !
Se puede cambiar el chip, en vez de tenerlo siempre contigo y de dejarlo cuando supone un riesgo, dƩjalo en casa y llƩvatelo solo si realmente lo vas a necesitar.
Cuando estƔs llamando.
No hables de actividades polĆ­ticas o delictivas : acciones, asambleas, campaƱas, etc. aunque no te parezca arriesgado. PiĆ©nsalo dos veces antes de llamar : « ¿ Hay otras maneras de comunicar esto ? ». Hoy en dĆ­a los ficheros policiales estĆ”n interesados tanto por los hechos y las pruebas que pueden constituir como por las redes sociales : ¿ QuiĆ©n se relaciona con quien ? Piensa tambiĆ©n que puedes dar información sobre otr×s, mola no contar la vida de alguien (sobre todo si esta persona no usa móvil), etc.
Antes de una asamblea, de una mani, de una acción o de una cita romÔntica.
Si lo que quieres es que tu móvil no emita nada tienes que quitar la baterĆ­a o mejor aĆŗn encerrarlo en una caja de metal que sirve de « jaula de Faraday[1] ». Pero esta tĆ©cnica es bastante sospechosa. Si varios móviles vigilados, situados en una misma zona, se apagan o dejan de conectarse a la red al mismo momento tiene toda la pinta de ser personas que tienen algo que esconder o « que preparan algo »… Y da la posibilidad a la policĆ­a de mandar un dispositivo de escuchas a distancia con micrófonos unidireccionales. Entonces, otra vez, la prĆ”ctica mĆ”s segura es dejar tu móvil en casa.
Tus datos.
Como dijimos en el texto Las escuchas, tu móvil se puede hackear y esto pone en peligro todos los datos guardados : lista de contactos, mensajes guardados, fotos, vĆ­deos, agenda, etc. Y ademĆ”s, igual que cualquier memoria digital, cuando se borran datos, no se borran del todo y hay especialistas que los podrĆ­an encontrar[2] como lo demostró el caso de los incendiarios de Horta de Sant Joan en el cual los tĆ©cnicos de los mossos d'esquadra, la policĆ­a catalana, recuperaron quince fotos borradas de una tarjeta de memoria en enero del 2010.[3]

Otra posibilidad es nublar los datos personales que transmites vĆ­a su sistema, dar falsas pistas, en fin intentar confundir al Big Brother. El nervio de la guerra es el dinero y con algunas tĆ©cnicas puedes complicar su trabajo y obligarles a investigar de una manera mucho mĆ”s intensa para conseguir datos… ¡ inĆŗtiles ! AcuĆ©rdate que la cantidad de comunicaciones, y por lo tanto de información, es enorme y que a pesar de la informatización y de los numerosos programas, es complicado tratar estos datos. Por ejemplo, el sistema de vigilancia global estadounidense ECHELON busca palabras claves como « campaƱa », « ecologistas radicales » o « revolución ». Las maquinas obedecen a reglas muy estrictas, y ahĆ­ estĆ” su punto dĆ©bil. Si usas otras formas de expresarte (el euskera no vale), si estĆ”s alerta, consciente e imaginativo puedes despistarles…

A partir del 9 de noviembre del 2009 todos los nĆŗmeros de móviles tienen que ser identificados con los datos de alguien. Puede ser interesante intercambiar tu chip identificado a tu nombre con otra persona. Puedes tambiĆ©n hacer viajar tu chip con algĆŗn colega, hacer que su vida no sea la tuya…
[1]Wikipedia. Jaula de Faraday.
[2]Wikipedia. Data remanence.
[3]El Periódico. Quince fotografías de los incendiarios sustentan la acusación de homicidio.


El control social

MƔs aislado

La principal razón del triunfo comercial del telĆ©fono móvil es que la mĆ”quina propagandista del marketing supo recoger y vender lo que este mundo sacrificado a la competición económica estĆ” destruyendo : las relaciones sociales.

Es tĆ­pico de los sistemas dominantes vender parches para problemas fomentados por sus propias innovaciones. ¿ No hablas con tu vecin× por culpa de la televisión ? ¡ LlĆ”mal× ! Las empresas de telefonĆ­a han entendido el beneficio que pueden sacar de personas desvalorizadas, ansiosas, incapaces de comunicar o de enfrentarse a lo extraƱo. Su publicidad dibuja en negativo la sociedad misma que crea estos individuos. ¿ PorquĆ© necesitarĆ­amos una mediación electrónica si no es para adaptarnos a un mundo que atomiza cada vez mĆ”s al individuo, lo separa de su propia vida ?

En teorĆ­a, y como nos venden la moto, el móvil sirve para consolidar las relaciones con tus familiares, pero en la prĆ”ctica permite sobre todo evitar el contacto con desconocid×s. Hemos visto tanta gente perdida agarrada a su móvil para que les guĆ­en a distancia ; en vez de preguntar su camino a personas que estĆ”n ahĆ­, arriesgarse a hablar con alguien extraƱo, romper el hielo. FĆ­jate en el metro, est×s zombies en trĆ”nsito cautivad×s por sus pantallitas, escribiendo un mensajito a alguien que ven cada dĆ­a, asegurĆ”ndose de no cruzar la mirada de sus vecin×s.

Una socióloga francesa[1] ve el móvil como un intento de « reconquistar » por los humanos los espacios urbanos caóticos y de desarrollar su movilidad, como una medicina frente a la perdida del sentimiento de comunidad generada por la destrucción de los barrios, vĆ­a la extensión de ciudades megalopolis.

El móvil resulta ser lo contrario de lo que pretende : una herramienta de comunicación. ¿ CuĆ”nto tiempo hace que no has tenido una conversación sin que sea interrumpida por una llamada ? Condicionad×s, nos parece normal, pero miramosnos desde fuera : la boca entreabierta, parad×s por el acto reflejo de nuestr× interlocutor, mĆ”s preocupad× por contestar a una llamada que por dejarnos acabar nuestra frase. AsĆ­ estĆ”n las cosas.

El móvil se ha convertido en una norma social y como cualquier norma, excluye a l×s que no la respetan y estructura la vida de tod×s.

Como la prótesis que sustituye a un miembro, en teoría el teléfono debe reparar artificialmente los daños de este mundo que nos convierte en engranajes de la mÔquina de producir y consumir en masa, hacer cola en el supermercado, en el cine, en el metro, etc. Seguramente las empresas de telefonía tienen razón cuando atribuyen el éxito del móvil al miedo de un mundo potencialmente hostil. Y sin duda tienen interés en reforzar un poco mÔs este sentimiento de hostilidad producido por la erosión de las comunidades, del tejido social.




[1]BĆ©atrice Fracchiolla. Le tĆ©lĆ©phone portable pour une nouvelle Ć©cologie de la vie urbaine ?



MƔs tonto

Uno de los efectos mĆ”s destacables del móvil sobre sus usuari×s, es la dependencia que provoca, la falta de autonomĆ­a para vivir y organizarse sin Ć©l. Como si la prótesis, que deberĆ­a ayudar a coordinarse con l×s demĆ”s, creara la discapacidad.

Con los coches, l×s urbanit×s ya no saben caminar o ir en bici, pero se quejan de la « epidemia » de la obesidad, de los atascos, de la contaminación, de los accidentes, de las guerras por el petróleo, etc. Y ni se les ocurre tocar la tierra con los pies. Se ha olvidado como se vivĆ­a sin coche y este olvido es una amputación. La prótesis ha sustituido el miembro y poco a poco ha mutado en discapacidad…

La misma lógica sostiene el marketing del móvil que se vende como una herramienta inteligente. Observemos l×s usuari×s de telĆ©fonos móviles, incapaces de moverse en el espacio, incapaces de llegar puntuales a una cita o de esperar diez minutos sin entrar en el pĆ”nico de llamar, incapaces de imaginar como quedar con alguien sin móvil, incapaces de buscar y encontrar alguien en un sitio sin su cacharro…

AquĆ­ vemos la autonomĆ­a del individuo un poco mĆ”s abollada por esta prótesis. Gracias al móvil no te hace falta anticipar mĆ­nimamente los problemas que puedan ocurrir ni buscar en ti mismo los recursos para enfrentar los avatares de lo cotidiano. Y llegamos a preguntarnos : ¿ Cómo lo hacĆ­an antes ? ¿ Cómo hemos podido perder en poco mĆ”s de diez aƱos estas formas de comunicarnos y organizarnos, para dar tanta importancia al móvil ?



MƔs espectador

Desde hace unos aƱos, las cargas policiales suelen provocar mĆ”s disparos de móviles o cĆ”maras de fotos que de otras cosas. Cuando en una mani, tanta gente estĆ” llamĆ”ndose para contar lo que estĆ” pasando en vez de vivirlo, de expresar su descontento, su creatividad o su rabia… « todo lo que estaba directamente vivido se ha alejado en una representación[1] ».

Un aspecto innovador de esta tecnologĆ­a es que estĆ” siempre en el bolsillo de sus usuarios. Ya no es una simple herramienta, algo que vas a buscar cuando lo necesitas sino que es ella que te va a buscar a ti, y cuando sea. En todo momento, y por cualquier razón puede sonar y modificar tus planes, interferir en tu cotidianidad. El móvil es un freno para vivir el presente, y eso es una de sus consecuencias sociales mĆ”s miserables. Cuando estĆ”s en un sitio que no conoces ¿ por quĆ© arriesgarse a tomar algo en un bar extraƱo cuando puedes llamar a un·a colega para saber donde hay un sitio molón ? L×s usuari×s de móvil, como amputad×s de su presencia al mundo, se mandan mensajitos mientras el tren atraviesa paisajes desconocidos… ¿ Por quĆ© mirar mĆ”s allĆ” ?

Ante un mundo cada vez mÔs complejo, el móvil participa en convertir la vida en su propio comentario. Una extracción de la realidad que culmina con las funciones de cÔmaras de fotos y vídeo ahora integradas en todos los móviles.
[1]Guy-Ernest Debord. La sociedad del espectƔculo.
[2]John Zerzan, filósofo y autor anarquista y primitivista estadounidense. Sus trabajos critican la civilización como inherentemente opresiva, y defienden la vuelta a las formas de vida del cazador-recolector prehistórico como inspiración para la forma que debería tener una sociedad libre.

Financia al capital

¿ Al enemigo ni agua ?

En abril del 2009 tres operadores de telefonĆ­a móvil se repartĆ­an mĆ”s del 95 % del mercado espaƱol : Movistar, filial móvil de Telefónica, antiguo servicio publico espaƱol ; Vodafone, empresa inglesa ; y Orange, filial móvil e Internet de France Telecom, antiguo servicio pĆŗblico francĆ©s.

Estas empresas son emblemÔticas de la evolución neoliberal de las últimas décadas. Se forraron primero en la ola de privatización de los servicios públicos de los noventa en Europa y han ido mutando en superdepredadores del gran capital a través de aperturas de mercado, fusiones, holding, joint venture, OPAs y otras palabrotas. Una vez liberalizado el mercado, aprovechan de su posición de monopolio compartido para acordar precios altos y así aumentar sus beneficios. Una hipocresía mÔs del liberalismo que pretende que la competencia juega a favor del cliente. Así, en el 2007, la Comisión Nacional de la Competencia abrió un expediente sancionador contra estos tres operadores ante acusaciones de presunta concertación de precios.

TambiĆ©n han hecho suyas las prĆ”cticas de gestión del personal mĆ”s modernas, produciendo un aumento fatal del control y del estrĆ©s de sus trabajadores. AsĆ­ la dirección de France Telecom tuvo que reconocer 32 suicidios de emplead×s entre el 2008 y el 2009.[1] Mientras tanto las compaƱƭas de móviles espaƱolas ingresarĆ”n mĆ”s de 6 millones de euros sólo por los SMS que se enviarĆ”n este aƱo en Noche Buena y Noche Vieja.[2]

Al igual que MacDonald’s, Coca-Cola o Monsanto, son tambiĆ©n empresas ejemplares del capitalismo globalizado y despuĆ©s de conquistar Europa invaden ahora los mercados de los paĆ­ses del Sur. Y como si fuera casualidad se reproducen los mismos antiguos imperios colonialistas en la repartición de los mercados. AsĆ­ Telefónica (Movistar), empresa espaƱola, es lĆ­der en AmĆ©rica Latina, mientras Orange, empresa heredera de France Telecom, domina en muchos paĆ­ses de Ɓfrica Subsahariana y Vodafone, empresa inglesa, en los paĆ­ses de la Commonwealth (India, Australia, Ɓfrica del Sur, etc.).


Los Ć©xitos de Telefónica, Vodafone y Orange en el mundo. ¿ TeƱidos de neocolonialismo ? Este mapa indica que el operador o una de sus filiales es uno de los tres mayores operadores de un paĆ­s.[3]

Telefónica representa el 43 % del mercado en el estado espaƱol y es la segunda empresa transnacional mĆ”s fuerte de AmĆ©rica Latina, soló superada por General Motors. Si nos fijamos Ćŗnicamente en el volumen de ventas en esta región, Telefónica duplica a la mayor multinacional espaƱola a nivel mundial, Repsol YPF. Y es que los datos de la compaƱƭa son realmente espectaculares : en el 2009 tenĆ­a presencia en 36 paĆ­ses y poseĆ­a 261 millones de usuarios…

Según datos de la comisión europea, si comparamos los precios de la telefonía móvil en Europa en el 2008, a servicio igual, España era el país mÔs caro del continente y uno de los únicos donde el precio había subido desde el 2007. Por el mismo servicio, en el estado español se pagaba 36 euros cuando en Italia se pagaba 19 euros y en Holanda 10 euros.[4]

Si 1000 antisistemas[5] gastan 36 euros en su móvil cada mes, les regalan unos 432 000 euros el aƱo. Es mĆ”s o menos la cantidad de dinero que sacó Enric Duran.[6] Se podrĆ­a seguramente encontrar mejor uso para este dinero. ¿ CuĆ”ntas kafetas menos que organizar para « sacar pasta » ? ¿ CuĆ”ntas campaƱas de apoyo a presas y presos ? ¿ CuĆ”nto alivio para la autogestión de nuestros proyectos ? ¿ CuĆ”ntas horas mĆ”s sin tener que trabajar ?
[1]El PĆŗblico. Hay trabajos que matan.
[2]El Público. Los operadores de telefonía móvil adoran la Navidad.
[3]Datos de Wikipedia. Liste des opƩrateurs de tƩlƩphonie mobile dans le monde.
[4]Le Monde. Mobile : les FranƧais payent cher leur consommation tĆ©lĆ©phonique, en francĆ©s.
[5]El termino « antisistema » es una invención de los medios de comunicación que reflejan toda aquella posición disidente y subversiva ante el sistema actual imperante, juntando bajo un mismo nombre una gran variedad de grupos.
[6]Podem. He « robado » 492 000 euros a quienes mĆ”s nos roban para denunciarlos y construir alternativas de sociedad.

Compra viento

Las técnicas de publicidad mÔs agresivas nos han llevado a aceptar que el teléfono móvil sea una herramienta imprescindible. Pero al igual que para los coches o la ropa, el sentido de la mercancía va mucho mÔs allÔ de su función inicial, y es ahora mÔs bien un fetiche. El marketing vende este aparato no tanto para llamarse entre colegas como para comunicar el nivel social de su propietario. Y el número de personas en tu lista de contactos se considera como una riqueza mÔs. Cuando sacas tu móvil supermolón todo el mundo a tu alrededor entiende que tienes pasta y una vida social estupenda.

« Eres diferente, eres de una nueva generación, la generación 6. »
Publicidad Orange
basada en un contrato con costes a 6 cƩntimos

Te venden una identidad. Si te conformas a la norma de llevar un móvil encima (como mĆ”s del 90 % de los jóvenes) puedes todavĆ­a ser diferente, tener el sentimiento de ser un individuo Ćŗnico con una personalidad propia cuando lo que mĆ”s nos define es lo que poseemos. En este caso son los jóvenes, pero las familias numerosas, el businessman, la inmigrante son todas dianas privilegiadas del mercado…

Vendidos como la nueva navaja suiza, los móviles se pueden utilizar como reloj, despertador, agenda, lector de mp3, cĆ”mara de fotos o vĆ­deo, receptor de televisión, ordenador portĆ”til, consola de juegos y tambiĆ©n de telĆ©fono. Con esta evolución permanente se consigue sobre todo multiplicar la oferta, y si quieres estar a la Ćŗltima tendrĆ”s que comprar uno nuevo en menos de un aƱo. AsĆ­ el numero total de móviles cuadruplica la población en el estado espaƱol, con las consecuencias ecológicas que eso supone. Pero claro ¿ a quiĆ©n le importa ? La irresponsabilidad colectiva es una de las caracterĆ­sticas mĆ”s obvias de la sociedad de consumo de masa.

Pero con el desarrollo del capitalismo verde, los operadores se limpian tambiĆ©n la cara promocionando sus nuevas facturas virtuales (sin papel) como un compromiso ecologista.[1] En realidad permite sobre todo sacar aĆŗn mĆ”s beneficios y hacer del « servicio » algo aĆŗn mĆ”s deshumanizado. Si tienes un problema o si quieres suspender tu contrato tienes que llamar a un nĆŗmero y, ademĆ”s de pagar por eso, serĆ” el principio de lo que tendrĆ­a que ser una simple formalidad administrativa…


Quema el cerebro

Como con los transgénicos, el amianto y lo nuclear, los intereses económicos prevalen sobre la salud de la gente.

El grupo BioInitiative publicó en el 2007 un informe sobre los efectos de las ondas electromagnĆ©ticas sobre nuestra biologĆ­a, recopilando cientos de trabajos cientĆ­ficos publicados sobre este asunto.[1] El trabajo de estos cientĆ­ficos y expertos en salud pĆŗblica independientes presenta las pruebas de los impactos sobre la salud de las ondas electromagnĆ©ticas de las tecnologĆ­as inalĆ”mbricas : GSM y UMTS para la telefonĆ­a, Wi-Fi, WiMax, BlueTooth para la informĆ”tica, etc.
Pueden causar leucemia infantil.
Pueden causar tumores cerebrales y neurinomas del acĆŗstico (un tumor que se origina en el conducto auditivo interno).
Son un factor de riesgo para el cƔncer de mama.
Son un factor de riesgo para la enfermedad de Alzheimer.
Afectan la actividad elƩctrica del cerebro.
Pueden daƱar al ADN.
Pueden perturbar el sistema inmunológico y causar reacciones inflamatorias, reacciones alérgicas o cambios en funciones inmunológicas normales.

Existen pruebas de que los limites actuales de intensidad de las reglamentaciones nacionales e internacionales son peligrosos e inadecuados. Primero, porque fueron determinados según los consejos de expertos e ingenieros de las empresas de telefonía y cuando se sabía muchos menos de su impacto sobre la salud. Segundo, porque tienen en cuenta solamente los efectos térmicos de las ondas, es decir el calentamiento que producen sobre nuestros cuerpos (funcionando a la manera de un microondas). Pero ahora se sabe que ademÔs de los efectos térmicos, que se relacionan directamente con la intensidad de la energía de las ondas, existen también efectos no térmicos, que tienen que ver con sus frecuencias, su información y otras características, incluso a intensidades muy bajas. Y finalmente, porque no tienen en cuenta las posibilidades de impacto a largo plazo de una exposición a estas ondas durante años o décadas.

Numerosas personas viviendo al lado de antenas de telefonĆ­a móvil se quejan desde hace aƱos de molestias y problemas de salud : insomnio, fatiga, dolor de cabeza, vĆ©rtigo, falta de concentración, problemas de memoria, problemas de equilibrio y orientación, zumbidos y dificultades en hacer varias cosas a la vez. Varias asociaciones denuncian estos hechos, presionan a los gobiernos para modificar los limites legales de emisión de las antenas, intentan educar a las personas sobre mejores condiciones de uso de los aparatos y apoyan legalmente a las vĆ­ctimas en sus juicios contra los operadores.

En Francia, en febrero del 2009, por primera vez un juez condenó al operador Bouygues Telecom a desmontar unas antenas que perjudicaban a unos vecinos de Tassin-la-Demi-Lune, cerca de Lyon.[2] El juez invocó el « principio de precaución » porque no fue demostrada la inocuidad de las ondas, especĆ­ficamente de los efectos no tĆ©rmicos, y apoyó su sentencia en las varias declaraciones de cientĆ­ficos y mĆ©dicos publicadas desde hace mĆ”s de diez aƱos.[3]

En el estado espaƱol, en diciembre del 2009, el municipio de LeganĆ©s aprobó una ordenanza pionera que limita las emisiones de las antenas de telefonĆ­a móvil al nivel de 0,1 microvatios por centĆ­metro cuadrado, el valor recomendado por la comunidad cientĆ­fica. El ayuntamiento pretende asĆ­ que las emisiones sean 4 000 veces menores que las del resto del estado.[4]
[1]BioInitiative. BioInitiative Report.
[2]Robin des Toits. Le jugement de la Cour d'Appel de Versailles, en francƩs.
[3]La Asociación Independiente para Defender la Salud propone en su web una lista de informes y declaraciones de la comunidad científica.
[4]AVAATE. LeganƩs aprueba una Ordenanza pionera en EspaƱa que limita la potencia mƔxima.

En fin…

Cuando empezamos a compartir la idea de este proyecto, mƔs que inquietudes polƭticas o sociales hemos escuchado bromas mƔs o menos graciosillas. Como si considerarlo desde el cinismo actual fuese a permitir no tomar en serio el tema y no cuestionar nuestras prƔcticas.

Pero al escuchar los comentarios parece que para muchas estĆ” claro : el móvil es el Mal. Nuestr×s compaƱer×s politizad×s lo critican y desconfĆ­an de Ć©l como un ojo mĆ”s del Big Brother. E incluso algunos compaƱeros de trabajo cuando se enteran que no tenemos móvil nos dicen « quĆ© suerte », « a mi me encantarĆ­a », « es como la tele, no sirve ». No obstante, casi todo el mundo tiene uno, lo usa diariamente sin pensĆ”rselo dos veces, lo tiene integrado a su forma de vivir, su forma de ser…

¿ Y puedes decidir ?

Con el rĆ©gimen capitalista o las fronteras, parece que no hay elección : el mundo es asĆ­ y tendrĆ­amos que acostumbrarnos. Pero al igual que con estos temas, podemos cuestionar la imposición del móvil en nuestras vidas, el supuesto consenso del « progreso » y resistir, crear alternativas.

Y ahora ¿ quĆ© hacer ?
La primera opción es seguir como antes sin preocuparte, como mucho tener un poco de mala consciencia…
La segunda opción es cuestionar y racionalizar un poco tu uso del móvil. ¿ Necesito hacer esta llamada o me puedo organizar de otra manera ? ¿ Le molesta a la persona con quien estoy si escribo un mensaje mientras me estĆ” hablando ? ¿ Por quĆ© salgo con mi móvil cuando voy a una cita en vez de dejarlo en casa ? ¿ Podemos compartir un móvil entre varias personas como se hace con un coche, un ordenador o una pata de cabra ?
La tercera, la Ćŗnica autĆ©nticamente revolucionaria®, pensar como decĆ­a Ulrike Meinhof que « o eres parte del problema o eres parte de la solución » y destruir tu móvil en una violenta y liberadora acción directa contra el capital, la sociedad del espectĆ”culo, el imperio y todo lo demĆ”s. Aprovechar de este valiente salto cualitativo para desarrollar una subjetividad colectiva radical, otras maneras de relacionarse, comunicarse, organizarse…

Pero en realidad no es tan asĆ­. Con el móvil, como con tantas otras cosas, la elección no es sólo individual, sino que tambiĆ©n tiene causas y consecuencias colectivas. AsĆ­ este contamina tanto al medio ambiente como a nuestros espacios y nuestra sociabilidad. A nivel de seguridad nos afecta a tod×s porque sĆ­ o sĆ­ estamos rodead×s.

El uso frenético del teléfono móvil participa de la construcción del modelo de sociedad actual y de sus normas de comunicación. Si el problema es colectivo la solución tiene que serlo también. SerÔ muchísimo mÔs fÔcil y eficiente construir formas de organizarte y de comunicarte fuera de la dependencia del móvil si tu gente también lo toma en cuenta. HÔblalo en tu cocina. Deja este fanzine en el baño de tus colegas. Monta debates con tu colectivo.



via:https://quematumovil.pimienta.org/quematumovil.pdf
El plan podrĆ­a atender a temas fundamentales tales como el consumo de energĆ­a, las emisiones de gases de efecto invernadero, el uso y tratamiento del agua, los residuos, el ruido, la calidad del aire, la naturaleza y la biodiversidad, la movilidad y el transporte, el diseƱo, los riesgos naturales y los causados por el hombre, la construcción sostenible, los aspectos relacionados con la salud y la calidad de vida en general. Como a menudo la zona urbana va mĆ”s allĆ” de los lĆ­mites de la administración municipal, el plan concernirĆ­a a toda ella y podrĆ­a establecer la cooperación de administraciones vecinas (vĆ©ase tambiĆ©n el apartado 3.3). 

 El transporte y la movilidad son condiciones fundamentales para el desarrollo
sostenible. Aunque el transporte va vinculado con frecuencia a los costos de la
protección del medio ambiente y a los costos sociales, la falta de una infraestructura
adecuada de transporte y de servicios de transporte a precios asequibles contribuye a
la pobreza y plantea obstÔculos importantes para la consecución de los Objetivos de
Desarrollo del Milenio, en particular en los paƭses en desarrollo. AdemƔs, una mayor
urbanización y motorización a nivel mundial en los últimos decenios han dado por
resultado un aumento sin precedentes de las emisiones que lleva a una degradación
de las condiciones de vida en todo el planeta y a la aceleración del proceso de
cambio climÔtico. El crecimiento de la población mundial es otra contribución a
crucial importancia es que se diseƱen sistemas multimodales en los que se pongan de
relieve los medios de transporte de bajo consumo de energĆ­a y que se acentĆŗe la
dependencia en los sistemas de transporte público. La planificación integrada del
transporte urbano y rural, asĆ­ como polĆ­ticas fiscales y normativas de apoyo, aunadas
al desarrollo de nuevas tecnologías y a una cooperación internacional mÔs amplia son
factores fundamentales para lograr que el sector del transporte cumpla los requisitos
del desarrollo sostenible.

 Ejemplos de buenas prĆ”cticas en la utilización de sistemas de gestión medioambiental Desde 1997 el Leicester City Council13 (Reino Unido) viene utilizando EMAS para mejorar su situación medioambiental. En 2003 amplió el alcance del sistema para gestionar la situación del medio ambiente en la propia ciudad de Leicester, centrĆ”ndose en los aspectos que mĆ”s preocupan a los ciudadanos. AsĆ­, se han determinado unos objetivos ambiciosos por lo que se refiere a la eficiencia energĆ©tica de los domicilios, la reducción de viajes en automóvil al centro, la reducción de viajes en automóvil a los colegios, el aumento de la concienciación medioambiental, la reducción de los residuos de la construcción, el desarrollo de unas normas locales para la sostenibilidad de la construcción, y la limpieza de las calles. Los PaĆ­ses Bajos se han planteado como objetivo que todas las administraciones pĆŗblicas, incluidas las locales, cuenten con un sistema de gestión medioambiental (EMAS, ISO 14001 o equivalente) para finales de 2014. En noviembre de 2002, Den Bosch fue la primera ciudad neerlandesa que logró una certificación ISO 14001. 
Internet es usado para proteger derechos y libertades, pero también para atentar contra ellas, en este trÔnsito que estamos viviendo de la modernidad material a la sociedad red, post-industrial o del conocimiento. Debemos prestar atención y saber usar las herramientas.

Dando un paso mĆ”s allĆ” del ciberactivismo podemos situar el hacktivismo. Obviamente viene de la palabra hacker, que hace referencia a aquella persona que se apasiona por crear, innovar, mejorar conjuntamente con otras personas, cerca o no tanto de una computadora, aunque estĆ” claro que siempre se le ha relacionado con la informĆ”tica al estar en el origen de la revolución tecnológica que vivimos y al “apoyar procesos de apropiación social o comunitaria de las tecnologĆ­as”. Para lxs hackers (no confundir con crackers) la libertad es un elemento fundamental en su vida.

Hacktivismo (un acrónimo de hacker y activismo) se entiende normalmente como "la utilización no-violenta de herramientas digitales ilegales o legalmente ambiguas persiguiendo fines políticos. Los actos de hacktivismo son llevados a cabo bajo la creencia de que la utilización del código tendrÔ efectos de palanca similares al activismo regular o la desobediencia civil. Se basa en la idea de que muy poca gente puede escribir código, pero el código afecta a mucha gente.
El tƩrmino fue acuƱado por el crƭtico cultural y autor Jason Sack en un artƭculo sobre el artista de medios Shi Lea Cheang y publicado en InfoNation en 1995.
Las actividades hacktivistas se extienden a variados ideas y causas políticas. Freenet es un ejemplo claro de traducción de un pensamiento político (todos deberían tener derecho de hablar) en código. El hacktivismo es una rama de Cult of the dead cow, sus opiniones incluyen acceso a información como un derecho humano bÔsico. La red libre de programadores, artistas y militantes radicales 1984 network liberty alliance de Gregoire Seither estÔ mÔs concienciada con cuestiones de libertad de expresión, vigilancia y privacidad en una era de creciente vigilancia tecnológica, de utilización de propaganda a gran escala y de control de la mentalidad por parte de gobiernos y corporaciones (donde es llamada publicidad).
El término hacktivismo es controvertido. Algunos afirman que se acuñó para describir cómo las acciones directas electrónicas podían usarse en favor del cambio social al combinar la programación con el pensamiento crítico. Otros utilizan el término como sinónimo de actos maliciosos y destructivos que vulneran la seguridad de Internet como una plataforma tecnológica, económica y política.
Esencialmente la controversia refleja dos corrientes filosóficas divergentes dentro del movimiento hacktivista. Una corriente considera que los ataques cibernéticos maliciosos son una forma aceptable de acción directa. La otra corriente considera que toda protesta debe ser pacífica y sin violencia.

SĆ­, soy un delincuente. Mi delito es la curiosidad. Mi delito es juzgar a la gente por lo que dice y por lo que piensa, no por lo que parece. Mi delito es ser mĆ”s inteligente que vosotros, algo que nunca me perdonarĆ©is. Soy un hacker, y Ć©ste es mi manifiesto. PodĆ©is eliminar a algunos de nosotros, pero no a todos… despuĆ©s de todo, somos todos iguales.
Manifiesto hacker - The Mentor - Enero 08 de 1986


El movimiento hacker aboga y lucha por la transparencia y la libertad de elegir, por conocer y difundir, por una sociedad mƔs activa y responsable. Y crean comunidades, tanto en Internet como fuera: los hacklabs o hackspaces son lugares gestionados por hackers para difundir sus propuestas, compartir conocimientos y crear alternativas. Espacios para aprender colaborativamente.

Pero este espíritu hacker no sólo existe relacionado con el mundo informÔtico. Gente que construye bici-mÔquinas, que trabaja en huertos urbanos, que experimenta con música en la calle, que crea una cooperativa de urbanismo social, que organiza festivales de cine sin copyright, y muchas otras, es gente que se apropia de esta filosofía o alguna semejante. Es el P2P de carne y hueso, entre iguales, que gana compartiendo, se piensa conjuntamente, se hace responsable y trabaja.

Algunos documentales:




RECETECE USTED:




  • http://www.cultdeadcow.com/

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