Introducción
Esta publicación es para ti. No te conozco, pero estoy casi seguro de que tienes un teléfono móvil en el bolsillo.
En 15 años, el móvil se ha difundido por el planeta como ninguna tecnología lo había hecho antes. Hasta llegar a una situación absurda : en el estado español, como en casi toda Europa, los contratos de telefonía móvil superan ahora el número de habitantes.
El control social se está volviendo cada vez más difuso, complejo e integrado. ¿ Cuál es la tecnología de control más eficaz, la tele o las cámaras de videovigilancia ? Con el móvil llegamos a la combinación ideal entre el Big Brother de Orwell y la sociedad de comunicación capitalista. Esta sumisión voluntaria tan masiva y la dependencia que implica a una herramienta desarrollada y promocionada por el sistema nos lleva a cuestionar algunas cosas.
Frente a esta situación, las personas y grupos preocupados por su privacidad, sus libertades individuales o amenazadas por la vigilancia policial, se asustan de las posibilidades técnicas de control vía móvil. La historia nos demuestra que si en otras situaciones los poderosos hubieran tenido las herramientas tecnológicas actuales para vigilar a su población, pocas de las dianas de la represión (por convicción, origen, sensibilidad o por su practica) se hubieran podido escapar. Nosotr×s mism×s, a través de luchas ecologistas o vecinales, de apoyo a migrantes o sencillamente por relacionarnos con personas implicadas en esos movimientos, en Barcelona o en otros rincones de Europa, hemos visto como la policía puede, bajo el pretexto de la seguridad, violar la intimidad de ciudadan×s inquiet×s, fichar a disidentes políticos, someter a su control a colectivos enteros… La parte más violenta de esa lógica puede ser la extensión, desde el 11 de septiembre, del marco antiterrorista llegando por ejemplo a detenciones de militantes por distribuir panfletos en Francia[1], publicar un diario crítico en euskera[2], abrir una pagina de información Twitter en los Estados Unidos[3] y una larguísima lista de abusos. En este contexto, desarrollar ideas divergentes y expresarlas puede convertirnos en sospechos×s.
Este control funciona a través del miedo y genera paranoias. Así se difundieron algunas leyendas urbanas relacionadas a los teléfonos : « Empezamos la asamblea, ¿ habéis apagado vuestros móviles ? », « ¡ Joder, mi móvil se ha vuelto loco, seguro que está pinchado ! »… Como todas las leyendas suelen generar confusión, son difíciles de dilucidar y de cuestionar colectivamente. Queríamos aquí documentar estas técnicas de vigilancia y proponer prácticas colectivas para escapar del ojo del Big Brother. ¡ Cuidado ! La información relativa a estas técnicas suele ser muy difícil de encontrar entre los secretos de la policía y la opacidad de la justicia sobre sus métodos de investigación. Además, la evolución constante de estas tecnologías hace que este contenido tenga fecha de caducidad…
Si al principio el móvil se asociaba al businessman, poco a poco se ha convertido en la herramienta imprescindible del humano liberal. Corresponde así a muchas de sus « cualidades » emblemáticas : individual, consumidor, moderno, flexible, eficiente, móvil, en comunicación permanente, etc. La difusión masiva e sin cuestionar del móvil ha participado de la propagación de estos valores, modificando en profundidad las relaciones sociales. Y por otro lado no tener móvil significa marginalizarse.
No hemos visto la luz, el móvil no es el principal peligro del sistema, no es la nueva lucha prioritaria. Tampoco somos primitivistas, no rechazamos sin más las tecnologías o las herramientas contemporáneas. No negamos que el móvil puede ser muy útil en ciertos casos. En situaciones de emergencia (detenciones, accidentes, agresiones, etc.) no hay ningún otro medio de comunicación que permita avisar y reaccionar con tanta rapidez y eficiencia.
Pero en general, parece que se ha olvidado que hace 10 años no teníamos móviles y que si no nos gustan podemos vivir sin ellos. Si no quieres dejarte asustar por el miedo, quieres seguir movilizándote contra la injusticia, si quieres desarrollar un pensamiento crítico, te invitamos a leer lo que viene a continuación. Bueno, la verdad es que nos encantaría que quemes tu móvil y te vamos a dar buenas razones por hacerlo o por lo menos para pensártelo…
[1]En mayo del 2009, en Forcalquier, en el Sur de Francia, la policía antiterrorista registra los domicilios y detiene a 4 personas por distribuir panfletos críticos con la política represiva del gobierno.
La Provence. Arrêtés à Forcalquier pour un tract contre l’anti-terrorisme.
[2]Euskaldunon Egunkaria, primer y único periódico en euskera de la historia, fue cerrado en una operación judicial en el 2003. Varias personas pasaron meses en la cárcel y las peticiones en el sumario van de 12 a 26 años de cárcel y hasta 30 000 000 millones de euros. Al día de hoy no se ha encontrado ninguna prueba formal de la relación del diario con ETA.
[3]El 1 de octubre del 2009, la policía antiterrorista estadounidense registra y detiene a todos los habitantes de una casa colectiva en Nueva York. Dos de sus compañeros de casa habían sido detenidos en la mani contra el G20 después de mandar mensajes a través del sitio de información Twitter.
El control policial
Las escuchas
Se puede utilizar para escucharte a ti y a los demás.
Mientras estás hablando con alguien por teléfono móvil (al igual que con un fijo) es muy sencillo para las autoridades escuchar y grabar tu conversación en colaboración con la compañía de telefonía.
En el estado español no hay ningún dato oficial sobre el número de escuchas telefónicas legales, pero estos datos existen en otros países europeos. En Francia en el 2008 hubo unas 30 000 escuchas legales ordenadas por un juez[1] ; en proporción quince veces más en Italia, doce veces más en Holanda y tres veces más en Alemania… La cifra francesa corresponde a un aumento de 440 % desde el 2001 y obviamente este crecimiento se apoya sobre la omnipresencia de los móviles. Encima las escuchas de móviles son muchísimo más baratas : en Francia una escucha de móvil se factura a 88 euros (sin IVA) y una de fijo a 497 euros. Además de estas escuchas, con una orden judicial, los estados tienen en general mecanismos que permiten a la policía actuar por iniciativa propia en caso de antiterrorismo, seguridad nacional, inteligencia económica o « grupos subversivos ».
Si el precio de las escuchas ha bajado tanto es porque la técnica es mucho más sencilla. Ya no hace falta poner un dispositivo físico en la línea o introducirse en tu casa, con el peligro y los gastos que esto supone. Con la digitalización de las comunicaciones basta con un programa informático (como ahora SITEL en el estado español) y unos clics para vigilar a la población. Véase el textoSITEL.
Si tu móvil no está apagado y separado de su batería, es técnicamente posible utilizarlo como un micrófono de ambiente para escucharte a ti y a los demás. La utilización de esta técnica fue revelada por primera vez en el 2003, en una investigación del FBI sobre unos miembros de la mafia italiana.[2] La petición judicial del FBI habla de un « sistema de escucha ubicado en el teléfono móvil ». Los detalles técnicos de la operación no fueron revelados, pero según los expertos lo más probable es que consiguieran instalarlo sin tener acceso físico al teléfono, y que funcionara igualmente con el teléfono encendido o apagado, aunque siempre con la batería puesta.
Pero hoy en día estas escuchas de ambiente parecen bastante complicadas de ejecutar. De hecho no hemos escuchado hablar de otros casos del uso de esta técnica en Europa. Entonces no hace falta caer en la paranoia, pero es importantísimo desarrollar prácticas seguras sobre todo porque no sabemos lo que harán dentro de unos años. Véase el texto Buenas prácticas.
Con las nuevas generaciones de teléfonos móviles, o smartphones, tipo iPhone, BlackBerry, etc. aparecen también nuevas vulnerabilidades. Estos aparatos funcionan como pequeños ordenadores con sistemas operativos mucho más complejos, desarrollados por Apple, Microsoft, etc. Estas empresas de software propietario son conocidas por dar prioridad a sus intereses financieros antes que a la seguridad de sus productos, y por estar totalmente dispuestas a trabajar mano a mano con los cuerpos policiales. Así, al igual que un ordenador que funciona con Windows se llena de virus cada dos por tres, un teléfono móvil con cualquier sistema operativo propietario puede sufrir el ataque de un virus o de un programa espía fomentado tanto por policías como por particulares. En Internet hay incluso « empresas » que ofrecen sus servicios a maridos posesivos para espiar a sus esposas…[3]
En el 2007 el experto en seguridad Rik Farrow publicó un ejemplo de fallo de seguridad en el iPhone que permite a un hacker tomar el control total de la máquina, y entre otras cosas utilizarla como micrófono de ambiente, esté encendido o apagado.[4] Recordamos que de momento a los iPhones no se les puede quitar la batería. Otra puerta de entrada para hackear tu móvil es la tecnología BlueTooth desarrollada en casi todos los aparatos más recientes. Hay mucha documentación para que cualquier persona pueda, por ejemplo, utilizar un portátil para tener acceso a tus datos.[5]
La policía puede escucharte y eso no es nada nuevo. Estas nuevas técnicas sólo lo hacen más fácil y más barato. Pero las escuchas no se limitan a los teléfonos, la policía sigue poniendo micrófonos espías para vigilar activistas políticos, como en Italia durante la Operación Cervantes en el 2004.[6] También pueden escuchar con micrófonos ultra potentes unidireccionales u otros dispositivos.
« Gracias al móvil, no hace falta madrugar tanto o irme a dormir a las mil para espiar a alguien. »
Un madero gabacho, septiembre del 2007
[1]Gara. París multiplica las escuchas y crea una red de alcance global.
[2]Kriptópolis. Roving Bug : espiado por el móvil.
CNET. FBI taps cell phone mic as eavesdropping tool.
[3]FlexiSPY. Catch cheating spouses.
Para detalles técnicos sobre el virus véase F-Secure.
[4]Fast Company. Hacking the iPhone.
[5]El Hacker. Haking BlueTooth, seguridad en teléfonos móviles.
[6]Anarcotico. Encontrado un GPRS en un vehículo perteneciente a anarquistas italianos.
La localización
Se sabe en todo momento donde estás.
Un aspecto realmente nuevo de la tecnología del móvil es la posibilidad de localización permanente y en directo de tu máquina. Para poder enviarte una llamada o un mensaje, tu operador de telefonía necesita poder saber dónde encontrar tu móvil, o más precisamente, cuál de sus antenas utilizar para pasarte la comunicación. Así se puede aproximar tu ubicación sabiendo de cuál de sus antenas estás más cerca. La precisión de esta técnica, llamada Cell-ID, depende de la densidad de antenas en la red telefónica. En las ciudades tendrás antenas cada 100 o 200 metros. Pero en el campo puedes tener antenas separadas por hasta 35 kilómetros.
Otras informaciones, como los movimientos de tu móvil en la red telefónica o su proximidad a otras antenas se pueden utilizar para afinar tu localización con una precisión de unos pocos kilómetros en el campo, por ejemplo.
Los operadores de telefonía han empezado estos últimos años a utilizar esta información para proponer y vender servicios (llamados servicios de LSB) : para indicarte los restaurantes que tienes cerca, para llamar automáticamente al taxi libre más cercano, para mandarte publicidad personalizada, etc. Además de proponerte a ti servicios adaptados según donde estés, los operadores han empezado a vender esta información a otros. Varios operadores y empresas de todo el mundo proponen ya servicios para permitir a los padres localizar a sus hijos[1] o sus empleados[2]. Toda su argumentación se basa en la utilización del miedo de los padres, y como suele pasar, la supuesta seguridad de los niños justifica nuevas amenazas a nuestra privacidad y fomenta el control social.
Este nuevo control social es tan superguay del Paraguay que con Google Latitude tus colegas pueden ver en tiempo real donde estás.[3] La difusión de estas tecnologías y servicios de localización está acelerada por leyes que imponen la creación de números centralizados de emergencias, el 112 en Europa[4], el E911 en los EEUU. Estos dos números de emergencia especifican que para mejorar la calidad de los servicios, la localización de la persona que llama debe ser transmitida a los equipos de socorro automáticamente.[5]
Así los gobiernos, los operadores de telefonía y los constructores de móviles deben por ley trabajar juntos para mejorar la precisión de la localización de todos los móviles del mercado. Las recomendaciones de los expertos para estos servicios hablan de una precisión de 10–150 metros en zonas urbanas, de 10–500 metros en zonas suburbanas y de 10–500 metros en zonas rurales o carreteras.[6]
La puesta en práctica de estas leyes, como el desarrollo de estos nuevos servicios LSB, impondrá, en los próximos años, la generalización del GPS en las nuevas generaciones de móviles. Estos móviles pueden ser localizados de manera mucho más precisa que con las tecnologías actuales ya que utilizan la tecnología A-GPS[7], una combinación de tecnologías basadas en la red telefónica y el posicionamiento GPS. Últimamente los operadores han empezado a proponer móviles de este tipo en los típicos móviles a « 0 euros » con sus contratos.
[1]La empresa francesa Ilico.net desarrolla estos servicios en Francia, Inglaterra, Bélgica y Alemania.
[2]Véase el servicio Mensar-Red Localización de Vodafone.
[5]La directiva europea 2002/22/CE obliga a los operadores a poner a disposición de las autoridades encargadas de la gestión de urgencias, en la medida en que sea técnicamente posible, información relativa a la ubicación de todas las personas que efectúan llamadas al número europeo de llamada de urgencia. Véase en Eur-Lex la recomendación de la Comisión sobre el tratamiento de esta información.
[6]Véase el informe del grupo CGALIES sobre la aplicación de esta localización en el caso del número europeo, pagina 21.
[7]Wikipedia. GPS Asistido.
La retención de datos
Se sabe dónde has ido y con quién has hablado el último año.
La directiva europea 2006/24/EC[1], transpuesta en España por la ley 25/2007 del 18 de octubre 2007[2] sobre la retención de datos, impone a los operadores de telefonía, así como a los proveedores de servicios Internet, que almacenen durante doce meses las informaciones que permiten identificar el origen y el destino de cada comunicación electrónica.
Deben conservar los números de teléfono de origen y de destino. Así como los números IMSI (que identifican las tarjetas SIM) y los números IMEI (que identifican los teléfonos).
Deben poder identificar a las personas detrás de estos números. Desde noviembre de 2009 las tarjetas prepago ya no pueden ser anónimas y los operadores tienen que identificarlas o desactivarlas.
Deben conservar la localización del móvil, como mínimo con el identificador de la antena.
Deben conservar la hora de principio y fin de la llamada así como el tipo de comunicación (llamada, buzón de voz, mensaje, etc.)
Deben conservar todas estas informaciones incluso en el caso de llamadas perdidas, pero no en el caso de llamadas fallidas.
Esta ley no permite conservar ningún dato que revele el contenido de la comunicación.
Tienen que ceder estos datos a los agentes facultados : los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad cuando desempeñen funciones de policía judicial, los funcionarios de la Dirección Adjunta de Vigilancia Aduanera y el personal del Centro Nacional de Inteligencia.
El plazo de conservación se puede ampliar hasta dos años.
En España estos agentes facultados no necesitan pedir ningún orden a un juez para consultar estos datos. En esto las normas españolas ignoran las garantías constitucionales y europeas que protegen el derecho fundamental al secreto de las comunicaciones.[3] Con toda esta información se puede saber sin problema a dónde has ido en los últimos doce meses, con quién estabas, con quién estás en contacto, quiénes son tus colegas, dónde vives y con quién, etc. Más aún que la posibilidad de escucharte o localizarte mejor, ésta retención de datos es la novedad real y peligrosa de tu móvil.
« Si quiero saber si fulanito ha visto a mi cliente, no es un problema : meto los nombres y el ordenador me da la respuesta, precisando cuándo, dónde, cuántas veces y cuánto tiempo.[4] »
El mismo madero, septiembre del 2007
[1]Véase el original de la directiva en la web Eur-Lex, consultable en :
[2]Véase el original de la ley española en la web del Congreso.
[3]Asociación de Internautas. La Asociación de Internautas denuncia ante la Comisión Europea la normativa que regula la interceptación de las comunicaciones en España.
[4]Le Canard Enchaîné. Sur portable d’écoutes.
Buenas prácticas
Hemos visto las posibilidades de vigilancia que permite hoy en día el móvil. Más que el propio control que supone, lo que nos preocupa es el sentimiento de control extendido a las partes más íntimas de nuestras vidas. El hecho de no saber si nos vigilan realmente o no : este sentimiento más o menos difuso de que no hay forma de escapar de ello. El miedo integrado y la confusión relativa a sus capacidades nos paraliza, favorece la inercia y nos quita autonomía a la hora de actuar, ejerciendo una represión sutil y preventiva.
Esta herramienta tiene así todas las características del « panóptico », una cárcel que permite a un vigilante observar [-opticon] a todos [pan-] los prisioneros sin que estos puedan saber si están siendo observados o no. Foucault, en Vigilar y castigar, denuncia la evolución de la sociedad entera hacia este modelo que « plantea el problema de la visibilidad (en nuestro caso escuchas, trazabilidad y localización) totalmente organizada alrededor de una mirada dominadora y vigilante. Pone en marcha el proyecto de una visibilidad universal, que actuará en provecho de un poder riguroso y meticuloso ».
¿ Qué podemos hacer ?
Una vez superada la crisis de paranoia, tienes dos opciones : ir a vivir desnud× al bosque o desarrollar un uso responsable de tu móvil ; que sea lo menos peligroso posible. Puedes, al igual que con el consumo de drogas, informarte, organizarte con tu gente para reducir los riesgos y adoptar prácticas que limiten la capacidad de control :
¡ Quémalo !
Vale vale somos unos pesados.
¡ Déjalo en casa !
Se puede cambiar el chip, en vez de tenerlo siempre contigo y de dejarlo cuando supone un riesgo, déjalo en casa y llévatelo solo si realmente lo vas a necesitar.
Cuando estás llamando.
No hables de actividades políticas o delictivas : acciones, asambleas, campañas, etc. aunque no te parezca arriesgado. Piénsalo dos veces antes de llamar : « ¿ Hay otras maneras de comunicar esto ? ». Hoy en día los ficheros policiales están interesados tanto por los hechos y las pruebas que pueden constituir como por las redes sociales : ¿ Quién se relaciona con quien ? Piensa también que puedes dar información sobre otr×s, mola no contar la vida de alguien (sobre todo si esta persona no usa móvil), etc.
Antes de una asamblea, de una mani, de una acción o de una cita romántica.
Si lo que quieres es que tu móvil no emita nada tienes que quitar la batería o mejor aún encerrarlo en una caja de metal que sirve de « jaula de Faraday[1] ». Pero esta técnica es bastante sospechosa. Si varios móviles vigilados, situados en una misma zona, se apagan o dejan de conectarse a la red al mismo momento tiene toda la pinta de ser personas que tienen algo que esconder o « que preparan algo »… Y da la posibilidad a la policía de mandar un dispositivo de escuchas a distancia con micrófonos unidireccionales. Entonces, otra vez, la práctica más segura es dejar tu móvil en casa.
Tus datos.
Como dijimos en el texto Las escuchas, tu móvil se puede hackear y esto pone en peligro todos los datos guardados : lista de contactos, mensajes guardados, fotos, vídeos, agenda, etc. Y además, igual que cualquier memoria digital, cuando se borran datos, no se borran del todo y hay especialistas que los podrían encontrar[2] como lo demostró el caso de los incendiarios de Horta de Sant Joan en el cual los técnicos de los mossos d'esquadra, la policía catalana, recuperaron quince fotos borradas de una tarjeta de memoria en enero del 2010.[3]
Otra posibilidad es nublar los datos personales que transmites vía su sistema, dar falsas pistas, en fin intentar confundir al Big Brother. El nervio de la guerra es el dinero y con algunas técnicas puedes complicar su trabajo y obligarles a investigar de una manera mucho más intensa para conseguir datos… ¡ inútiles ! Acuérdate que la cantidad de comunicaciones, y por lo tanto de información, es enorme y que a pesar de la informatización y de los numerosos programas, es complicado tratar estos datos. Por ejemplo, el sistema de vigilancia global estadounidense ECHELON busca palabras claves como « campaña », « ecologistas radicales » o « revolución ». Las maquinas obedecen a reglas muy estrictas, y ahí está su punto débil. Si usas otras formas de expresarte (el euskera no vale), si estás alerta, consciente e imaginativo puedes despistarles…
A partir del 9 de noviembre del 2009 todos los números de móviles tienen que ser identificados con los datos de alguien. Puede ser interesante intercambiar tu chip identificado a tu nombre con otra persona. Puedes también hacer viajar tu chip con algún colega, hacer que su vida no sea la tuya…
[1]Wikipedia. Jaula de Faraday.
[2]Wikipedia. Data remanence.
[3]El Periódico. Quince fotografías de los incendiarios sustentan la acusación de homicidio.
El control social
Más aislado
La principal razón del triunfo comercial del teléfono móvil es que la máquina propagandista del marketing supo recoger y vender lo que este mundo sacrificado a la competición económica está destruyendo : las relaciones sociales.
Es típico de los sistemas dominantes vender parches para problemas fomentados por sus propias innovaciones. ¿ No hablas con tu vecin× por culpa de la televisión ? ¡ Llámal× ! Las empresas de telefonía han entendido el beneficio que pueden sacar de personas desvalorizadas, ansiosas, incapaces de comunicar o de enfrentarse a lo extraño. Su publicidad dibuja en negativo la sociedad misma que crea estos individuos. ¿ Porqué necesitaríamos una mediación electrónica si no es para adaptarnos a un mundo que atomiza cada vez más al individuo, lo separa de su propia vida ?
En teoría, y como nos venden la moto, el móvil sirve para consolidar las relaciones con tus familiares, pero en la práctica permite sobre todo evitar el contacto con desconocid×s. Hemos visto tanta gente perdida agarrada a su móvil para que les guíen a distancia ; en vez de preguntar su camino a personas que están ahí, arriesgarse a hablar con alguien extraño, romper el hielo. Fíjate en el metro, est×s zombies en tránsito cautivad×s por sus pantallitas, escribiendo un mensajito a alguien que ven cada día, asegurándose de no cruzar la mirada de sus vecin×s.
Una socióloga francesa[1] ve el móvil como un intento de « reconquistar » por los humanos los espacios urbanos caóticos y de desarrollar su movilidad, como una medicina frente a la perdida del sentimiento de comunidad generada por la destrucción de los barrios, vía la extensión de ciudades megalopolis.
El móvil resulta ser lo contrario de lo que pretende : una herramienta de comunicación. ¿ Cuánto tiempo hace que no has tenido una conversación sin que sea interrumpida por una llamada ? Condicionad×s, nos parece normal, pero miramosnos desde fuera : la boca entreabierta, parad×s por el acto reflejo de nuestr× interlocutor, más preocupad× por contestar a una llamada que por dejarnos acabar nuestra frase. Así están las cosas.
El móvil se ha convertido en una norma social y como cualquier norma, excluye a l×s que no la respetan y estructura la vida de tod×s.
Como la prótesis que sustituye a un miembro, en teoría el teléfono debe reparar artificialmente los daños de este mundo que nos convierte en engranajes de la máquina de producir y consumir en masa, hacer cola en el supermercado, en el cine, en el metro, etc. Seguramente las empresas de telefonía tienen razón cuando atribuyen el éxito del móvil al miedo de un mundo potencialmente hostil. Y sin duda tienen interés en reforzar un poco más este sentimiento de hostilidad producido por la erosión de las comunidades, del tejido social.
[1]Béatrice Fracchiolla. Le téléphone portable pour une nouvelle écologie de la vie urbaine ?
Más tonto
Uno de los efectos más destacables del móvil sobre sus usuari×s, es la dependencia que provoca, la falta de autonomía para vivir y organizarse sin él. Como si la prótesis, que debería ayudar a coordinarse con l×s demás, creara la discapacidad.
Con los coches, l×s urbanit×s ya no saben caminar o ir en bici, pero se quejan de la « epidemia » de la obesidad, de los atascos, de la contaminación, de los accidentes, de las guerras por el petróleo, etc. Y ni se les ocurre tocar la tierra con los pies. Se ha olvidado como se vivía sin coche y este olvido es una amputación. La prótesis ha sustituido el miembro y poco a poco ha mutado en discapacidad…
La misma lógica sostiene el marketing del móvil que se vende como una herramienta inteligente. Observemos l×s usuari×s de teléfonos móviles, incapaces de moverse en el espacio, incapaces de llegar puntuales a una cita o de esperar diez minutos sin entrar en el pánico de llamar, incapaces de imaginar como quedar con alguien sin móvil, incapaces de buscar y encontrar alguien en un sitio sin su cacharro…
Aquí vemos la autonomía del individuo un poco más abollada por esta prótesis. Gracias al móvil no te hace falta anticipar mínimamente los problemas que puedan ocurrir ni buscar en ti mismo los recursos para enfrentar los avatares de lo cotidiano. Y llegamos a preguntarnos : ¿ Cómo lo hacían antes ? ¿ Cómo hemos podido perder en poco más de diez años estas formas de comunicarnos y organizarnos, para dar tanta importancia al móvil ?
Más espectador
Desde hace unos años, las cargas policiales suelen provocar más disparos de móviles o cámaras de fotos que de otras cosas. Cuando en una mani, tanta gente está llamándose para contar lo que está pasando en vez de vivirlo, de expresar su descontento, su creatividad o su rabia… « todo lo que estaba directamente vivido se ha alejado en una representación[1] ».
Un aspecto innovador de esta tecnología es que está siempre en el bolsillo de sus usuarios. Ya no es una simple herramienta, algo que vas a buscar cuando lo necesitas sino que es ella que te va a buscar a ti, y cuando sea. En todo momento, y por cualquier razón puede sonar y modificar tus planes, interferir en tu cotidianidad. El móvil es un freno para vivir el presente, y eso es una de sus consecuencias sociales más miserables. Cuando estás en un sitio que no conoces ¿ por qué arriesgarse a tomar algo en un bar extraño cuando puedes llamar a un·a colega para saber donde hay un sitio molón ? L×s usuari×s de móvil, como amputad×s de su presencia al mundo, se mandan mensajitos mientras el tren atraviesa paisajes desconocidos… ¿ Por qué mirar más allá ?
Ante un mundo cada vez más complejo, el móvil participa en convertir la vida en su propio comentario. Una extracción de la realidad que culmina con las funciones de cámaras de fotos y vídeo ahora integradas en todos los móviles.
[1]Guy-Ernest Debord. La sociedad del espectáculo.
[2]John Zerzan, filósofo y autor anarquista y primitivista estadounidense. Sus trabajos critican la civilización como inherentemente opresiva, y defienden la vuelta a las formas de vida del cazador-recolector prehistórico como inspiración para la forma que debería tener una sociedad libre.
Financia al capital
¿ Al enemigo ni agua ?
En abril del 2009 tres operadores de telefonía móvil se repartían más del 95 % del mercado español : Movistar, filial móvil de Telefónica, antiguo servicio publico español ; Vodafone, empresa inglesa ; y Orange, filial móvil e Internet de France Telecom, antiguo servicio público francés.
Estas empresas son emblemáticas de la evolución neoliberal de las últimas décadas. Se forraron primero en la ola de privatización de los servicios públicos de los noventa en Europa y han ido mutando en superdepredadores del gran capital a través de aperturas de mercado, fusiones, holding, joint venture, OPAs y otras palabrotas. Una vez liberalizado el mercado, aprovechan de su posición de monopolio compartido para acordar precios altos y así aumentar sus beneficios. Una hipocresía más del liberalismo que pretende que la competencia juega a favor del cliente. Así, en el 2007, la Comisión Nacional de la Competencia abrió un expediente sancionador contra estos tres operadores ante acusaciones de presunta concertación de precios.
También han hecho suyas las prácticas de gestión del personal más modernas, produciendo un aumento fatal del control y del estrés de sus trabajadores. Así la dirección de France Telecom tuvo que reconocer 32 suicidios de emplead×s entre el 2008 y el 2009.[1] Mientras tanto las compañías de móviles españolas ingresarán más de 6 millones de euros sólo por los SMS que se enviarán este año en Noche Buena y Noche Vieja.[2]
Al igual que MacDonald’s, Coca-Cola o Monsanto, son también empresas ejemplares del capitalismo globalizado y después de conquistar Europa invaden ahora los mercados de los países del Sur. Y como si fuera casualidad se reproducen los mismos antiguos imperios colonialistas en la repartición de los mercados. Así Telefónica (Movistar), empresa española, es líder en América Latina, mientras Orange, empresa heredera de France Telecom, domina en muchos países de África Subsahariana y Vodafone, empresa inglesa, en los países de la Commonwealth (India, Australia, África del Sur, etc.).
Los éxitos de Telefónica, Vodafone y Orange en el mundo. ¿ Teñidos de neocolonialismo ? Este mapa indica que el operador o una de sus filiales es uno de los tres mayores operadores de un país.[3]
Telefónica representa el 43 % del mercado en el estado español y es la segunda empresa transnacional más fuerte de América Latina, soló superada por General Motors. Si nos fijamos únicamente en el volumen de ventas en esta región, Telefónica duplica a la mayor multinacional española a nivel mundial, Repsol YPF. Y es que los datos de la compañía son realmente espectaculares : en el 2009 tenía presencia en 36 países y poseía 261 millones de usuarios…
Según datos de la comisión europea, si comparamos los precios de la telefonía móvil en Europa en el 2008, a servicio igual, España era el país más caro del continente y uno de los únicos donde el precio había subido desde el 2007. Por el mismo servicio, en el estado español se pagaba 36 euros cuando en Italia se pagaba 19 euros y en Holanda 10 euros.[4]
Si 1000 antisistemas[5] gastan 36 euros en su móvil cada mes, les regalan unos 432 000 euros el año. Es más o menos la cantidad de dinero que sacó Enric Duran.[6] Se podría seguramente encontrar mejor uso para este dinero. ¿ Cuántas kafetas menos que organizar para « sacar pasta » ? ¿ Cuántas campañas de apoyo a presas y presos ? ¿ Cuánto alivio para la autogestión de nuestros proyectos ? ¿ Cuántas horas más sin tener que trabajar ?
[1]El Público. Hay trabajos que matan.
[2]El Público. Los operadores de telefonía móvil adoran la Navidad.
[3]Datos de Wikipedia. Liste des opérateurs de téléphonie mobile dans le monde.
[4]Le Monde. Mobile : les Français payent cher leur consommation téléphonique, en francés.
[5]El termino « antisistema » es una invención de los medios de comunicación que reflejan toda aquella posición disidente y subversiva ante el sistema actual imperante, juntando bajo un mismo nombre una gran variedad de grupos.
[6]Podem. He « robado » 492 000 euros a quienes más nos roban para denunciarlos y construir alternativas de sociedad.
Compra viento
Las técnicas de publicidad más agresivas nos han llevado a aceptar que el teléfono móvil sea una herramienta imprescindible. Pero al igual que para los coches o la ropa, el sentido de la mercancía va mucho más allá de su función inicial, y es ahora más bien un fetiche. El marketing vende este aparato no tanto para llamarse entre colegas como para comunicar el nivel social de su propietario. Y el número de personas en tu lista de contactos se considera como una riqueza más. Cuando sacas tu móvil supermolón todo el mundo a tu alrededor entiende que tienes pasta y una vida social estupenda.
« Eres diferente, eres de una nueva generación, la generación 6. »
Publicidad Orange
basada en un contrato con costes a 6 céntimos
Te venden una identidad. Si te conformas a la norma de llevar un móvil encima (como más del 90 % de los jóvenes) puedes todavía ser diferente, tener el sentimiento de ser un individuo único con una personalidad propia cuando lo que más nos define es lo que poseemos. En este caso son los jóvenes, pero las familias numerosas, el businessman, la inmigrante son todas dianas privilegiadas del mercado…
Vendidos como la nueva navaja suiza, los móviles se pueden utilizar como reloj, despertador, agenda, lector de mp3, cámara de fotos o vídeo, receptor de televisión, ordenador portátil, consola de juegos y también de teléfono. Con esta evolución permanente se consigue sobre todo multiplicar la oferta, y si quieres estar a la última tendrás que comprar uno nuevo en menos de un año. Así el numero total de móviles cuadruplica la población en el estado español, con las consecuencias ecológicas que eso supone. Pero claro ¿ a quién le importa ? La irresponsabilidad colectiva es una de las características más obvias de la sociedad de consumo de masa.
Pero con el desarrollo del capitalismo verde, los operadores se limpian también la cara promocionando sus nuevas facturas virtuales (sin papel) como un compromiso ecologista.[1] En realidad permite sobre todo sacar aún más beneficios y hacer del « servicio » algo aún más deshumanizado. Si tienes un problema o si quieres suspender tu contrato tienes que llamar a un número y, además de pagar por eso, será el principio de lo que tendría que ser una simple formalidad administrativa…
Quema el cerebro
Como con los transgénicos, el amianto y lo nuclear, los intereses económicos prevalen sobre la salud de la gente.
El grupo BioInitiative publicó en el 2007 un informe sobre los efectos de las ondas electromagnéticas sobre nuestra biología, recopilando cientos de trabajos científicos publicados sobre este asunto.[1] El trabajo de estos científicos y expertos en salud pública independientes presenta las pruebas de los impactos sobre la salud de las ondas electromagnéticas de las tecnologías inalámbricas : GSM y UMTS para la telefonía, Wi-Fi, WiMax, BlueTooth para la informática, etc.
Pueden causar leucemia infantil.
Pueden causar tumores cerebrales y neurinomas del acústico (un tumor que se origina en el conducto auditivo interno).
Son un factor de riesgo para el cáncer de mama.
Son un factor de riesgo para la enfermedad de Alzheimer.
Afectan la actividad eléctrica del cerebro.
Pueden dañar al ADN.
Pueden perturbar el sistema inmunológico y causar reacciones inflamatorias, reacciones alérgicas o cambios en funciones inmunológicas normales.
Existen pruebas de que los limites actuales de intensidad de las reglamentaciones nacionales e internacionales son peligrosos e inadecuados. Primero, porque fueron determinados según los consejos de expertos e ingenieros de las empresas de telefonía y cuando se sabía muchos menos de su impacto sobre la salud. Segundo, porque tienen en cuenta solamente los efectos térmicos de las ondas, es decir el calentamiento que producen sobre nuestros cuerpos (funcionando a la manera de un microondas). Pero ahora se sabe que además de los efectos térmicos, que se relacionan directamente con la intensidad de la energía de las ondas, existen también efectos no térmicos, que tienen que ver con sus frecuencias, su información y otras características, incluso a intensidades muy bajas. Y finalmente, porque no tienen en cuenta las posibilidades de impacto a largo plazo de una exposición a estas ondas durante años o décadas.
Numerosas personas viviendo al lado de antenas de telefonía móvil se quejan desde hace años de molestias y problemas de salud : insomnio, fatiga, dolor de cabeza, vértigo, falta de concentración, problemas de memoria, problemas de equilibrio y orientación, zumbidos y dificultades en hacer varias cosas a la vez. Varias asociaciones denuncian estos hechos, presionan a los gobiernos para modificar los limites legales de emisión de las antenas, intentan educar a las personas sobre mejores condiciones de uso de los aparatos y apoyan legalmente a las víctimas en sus juicios contra los operadores.
En Francia, en febrero del 2009, por primera vez un juez condenó al operador Bouygues Telecom a desmontar unas antenas que perjudicaban a unos vecinos de Tassin-la-Demi-Lune, cerca de Lyon.[2] El juez invocó el « principio de precaución » porque no fue demostrada la inocuidad de las ondas, específicamente de los efectos no térmicos, y apoyó su sentencia en las varias declaraciones de científicos y médicos publicadas desde hace más de diez años.[3]
En el estado español, en diciembre del 2009, el municipio de Leganés aprobó una ordenanza pionera que limita las emisiones de las antenas de telefonía móvil al nivel de 0,1 microvatios por centímetro cuadrado, el valor recomendado por la comunidad científica. El ayuntamiento pretende así que las emisiones sean 4 000 veces menores que las del resto del estado.[4]
[1]BioInitiative. BioInitiative Report.
[2]Robin des Toits. Le jugement de la Cour d'Appel de Versailles, en francés.
[3]La Asociación Independiente para Defender la Salud propone en su web una lista de informes y declaraciones de la comunidad científica.
[4]AVAATE. Leganés aprueba una Ordenanza pionera en España que limita la potencia máxima.
En fin…
Cuando empezamos a compartir la idea de este proyecto, más que inquietudes políticas o sociales hemos escuchado bromas más o menos graciosillas. Como si considerarlo desde el cinismo actual fuese a permitir no tomar en serio el tema y no cuestionar nuestras prácticas.
Pero al escuchar los comentarios parece que para muchas está claro : el móvil es el Mal. Nuestr×s compañer×s politizad×s lo critican y desconfían de él como un ojo más del Big Brother. E incluso algunos compañeros de trabajo cuando se enteran que no tenemos móvil nos dicen « qué suerte », « a mi me encantaría », « es como la tele, no sirve ». No obstante, casi todo el mundo tiene uno, lo usa diariamente sin pensárselo dos veces, lo tiene integrado a su forma de vivir, su forma de ser…
¿ Y puedes decidir ?
Con el régimen capitalista o las fronteras, parece que no hay elección : el mundo es así y tendríamos que acostumbrarnos. Pero al igual que con estos temas, podemos cuestionar la imposición del móvil en nuestras vidas, el supuesto consenso del « progreso » y resistir, crear alternativas.
Y ahora ¿ qué hacer ?
La primera opción es seguir como antes sin preocuparte, como mucho tener un poco de mala consciencia…
La segunda opción es cuestionar y racionalizar un poco tu uso del móvil. ¿ Necesito hacer esta llamada o me puedo organizar de otra manera ? ¿ Le molesta a la persona con quien estoy si escribo un mensaje mientras me está hablando ? ¿ Por qué salgo con mi móvil cuando voy a una cita en vez de dejarlo en casa ? ¿ Podemos compartir un móvil entre varias personas como se hace con un coche, un ordenador o una pata de cabra ?
La tercera, la única auténticamente revolucionaria®, pensar como decía Ulrike Meinhof que « o eres parte del problema o eres parte de la solución » y destruir tu móvil en una violenta y liberadora acción directa contra el capital, la sociedad del espectáculo, el imperio y todo lo demás. Aprovechar de este valiente salto cualitativo para desarrollar una subjetividad colectiva radical, otras maneras de relacionarse, comunicarse, organizarse…
Pero en realidad no es tan así. Con el móvil, como con tantas otras cosas, la elección no es sólo individual, sino que también tiene causas y consecuencias colectivas. Así este contamina tanto al medio ambiente como a nuestros espacios y nuestra sociabilidad. A nivel de seguridad nos afecta a tod×s porque sí o sí estamos rodead×s.
El uso frenético del teléfono móvil participa de la construcción del modelo de sociedad actual y de sus normas de comunicación. Si el problema es colectivo la solución tiene que serlo también. Será muchísimo más fácil y eficiente construir formas de organizarte y de comunicarte fuera de la dependencia del móvil si tu gente también lo toma en cuenta. Háblalo en tu cocina. Deja este fanzine en el baño de tus colegas. Monta debates con tu colectivo.
via:https://quematumovil.pimienta.org/quematumovil.pdf